Eduardo Chillida

  • Del {{'2015-11-19' | date:"d/MMM/y"}} al {{'2016-01-26' | date:"d/MMM/y"}}

  • Comparte:

  • Hágase socio

Este Otoño Gabriel Vanrell-Galeria d’Art tiene el placer de presentarles la exposición “Eduardo Chillida”. La muestra se compone de una decena de obras cuidadosamente seleccionadas de nuestro fondo de arte.

Considerado uno de los escultores más importantes del siglo XX. Desde que se diera a conocer en la escena internacional allá por los años cincuenta, la obra de Chillida ha quedado representada en los principales museos y colecciones de arte de Europa y Estados Unidos. Sus trabajos han sido comentados y analizados tanto por parte de los historiadores, críticos de arte y filósofos tan importantes como Martin Heidegger o Gaston Bachelard. Galardonada en innumerables ocasiones y expuesta en numerosos museos y retrospectivas, su obra constituye un legado de referencia ineludible en el panorama artístico contemporáneo.

Fue un artista muy preocupado por la investigación continua y concienzuda en técnicas y materiales para conformar un lenguaje propio, único. Otro elemento a destacar es el uso de la obra gráfica, en todas sus variables técnicas,  para experimentar y potenciar los valores plásticos de su obra.

A lo largo de sus más de cincuenta años de trayectoria creativa, Chillida exploró conceptos como los de vacío y volumen, luz y sombra, límite e infinitud. El material del que estaban hechos sus trabajos (aún indagando en componentes tan diversos como el hierro, la piedra, el alabastro, el acero o el hormigón) no fue para él un fin en sí mismo, como tampoco lo fueron esas formas austeras y arcanas tan definitorias de su trabajo. Más allá de la materia y la forma, lo que quiso expresar Chillida a través de sus obras fue una concepción ética, mística y trascendental de la existencia.

Relieves, superficies, salientes y entrantes, crean formas de mayor o menor complejidad, que recuerdan a una caligrafía misteriosa que es en realidad un verdadero diálogo entre la materia y el espacio.

 

Artista

San Sebastián,  1924- 2002.

Chillida

Eduardo Chillida Juantegui, su actividad comienza en torno a 1948, cuando se traslada a París. Allí entabla amistad con Pablo Palazuelo. En 1950 regresa a San Sebastián, se casa con Pilar Belzunce y se instalan en Villaines-sous-Bois. Cuando nace el primero de sus hijos regresa definitivamente a San Sebastián y comienza a trabajar en Hernani en una fragua, donde el hierro introduce un cambio fundamental en su trayectoria. Por sugerencia de su amigo Pablo Palazuelo, hace en 1954 su primera exposición individual.

Sus primeras esculturas son obras figurativas, torsos humanos tallados en yeso. En todas ellas, el punto de partida es la escultura griega arcaica, pero se aprecia ya su preocupación por la forma interior además de tener un marcado sentido monumental. Poco a poco tendió hacia formas más abstractas.

Alrededor de 1951, con su empleo en la fragua, se inicia en el trabajo del hierro. Emprende entonces un ciclo de esculturas no imitativas, yendo en aumento su preocupación por la introducción de espacios abiertos. Huye de la imitación de la naturaleza y va en busca de la creación e invención. Cada una de sus obras plantea un problema espacial que trata de resolver con la ayuda del material, según las características o propiedades del mismo.  Centrado en el empleo del hierro ejecutó a veces unas obras de macizo aspecto y otras más aéreas. Siempre intentando captar el espacio a base de ritmos geométricos que lo estructuraban arquitectónicamente.

En 1957 abre una nueva etapa de experimentación. Hasta entonces, en su lenguaje predominaban las líneas horizontales, verticales y curvas y ahora adoptará ritmos lineales más movidos e inquietos, de difícil comprensión. Eduardo Chillida optará por unos materiales u otros de acuerdo a las posibilidades estructurales de los mismos.

Desde la década de 1980, se especializa en la instalación de piezas de grandes dimensiones en espacios urbanos o en la naturaleza, que contraponen la masa y el espacio

 

 

Obras