Colectiva "Paisajes Mallorquines"

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Este comienzo de verano Gabriel Vanrell-Galeria d’Art tiene el placer de presentarles la exposición “Paisajes mallorquines”.

La exposición que hemos seleccionado recoge una selección inmejorable de obras de artistas mallorquines o que han desarrollado una amplia producción artística dentro de Mallorca, como es el caso de John Ulbricht o Luca Monzani.

Se trata por tanto de artistas  clave que han ayudado, o que continúan haciéndolo, en el desarrollo pictórico y plástico de la isla. Podemos encontrar obras de Guillermo Gil, Tomás Quintana, Mateu Llobera, Tomeu Morey o Luca Monzani, donde el denominador común es su temática: el paisaje mallorquín, tanto urbano como rural.

Telas de gran formato y vivos colores propios del mediterráneo inundan nuestra sala, pudiendo encontrar desde los campos policromos de Ulbricht y las vistas de Deyá o Sóller de Gil hasta las escenas cotidianas, urbanas y dinámicas de Tomeu Morey.

Artistas

Cuba, 1926-Galilea, (Mallorca), 2006.

Ulbricht

John Ulbricht. Vive en La Habana los primeros cinco años de su vida. En 1930, el padre. Entre 1946 y 1950 estudia en el Instituto de Arte de Chicago, donde conoce Angela von Neumann, se casan y 1950 se van a México donde estudia, pinta y hace la primera exposición individual. Entre 1952 y 1954 es director asistente del Museo de Arte de Denver (Colorado, EE.UU.). En 1956 fija su residencia en Mallorca. Primero, se instala la en Deià y, después, en Galilea (Puigpunyent, Mallorca).

Su trayectoria como pintor se divide en tres etapas:

 Primera etapa: la abstracción expresionista (1950-1963)

En este periodo inicial trabaja la abstracción expresionista con telas de sólida estructura compositiva, texturas sugerentes y formas armónicas y bien distribuidas en conjuntos compensados y equilibrados.

Segunda etapa: las grandes naturalezas muertas (1964-1984)

A partir del 1963, el pintor trabaja formas concretas correspondientes a objetos cotidianos y sencillos, que representa con unas medidas mucho mayores que las reales. Este hecho les confiere, al mismo tiempo, elementos de misterio, interrogación y grandeza. Las obras se presentan dotadas de una atmósfera que suscita sensaciones de proximidad y de un intimismo que se ve subrayado por el carácter perecedero y efímero de los objetos representados. Son campos desiertos y desolados, sin la presencia del hombre y del ganado doméstico, sin casas ni otras construcciones y sin cultivar. No faltan los olivos de cepas gruesas y de formas inverosímiles, casi fantasmagóricas.

Tercera etapa: paisajes del Paraíso (1985 a 2006).

El protagonismo arrollador de los objetos sencillos y cotidianos da paso gradualmente a la creación de paisajes de la Sierra de Tramuntana. Empieza con árboles azotados por el viento, esbrancats y tristes, rodeados de una garriga de verdes austeros. Añade ramas acariciadas por flores silvestres, frutas u hojas de otoño. Seguir a paisajes poblados de flores (margaritas, lirios, amapolas, etc.) acompañadas de trébol, hierba de prado o pastos.  La reiteración del tema y el trabajo de taller llevan el pintor a idealizar los paisajes cada vez más ya dotarlos de formas y dimensiones fantasiosas, que convierten las visiones del campo en representaciones de un paraíso inmenso y luminoso.

A lo largo de la carrera sobresale en buen retratista. Le gusta hacer retratos de gran formato, vistos con encuadres de primeros planos, casi cinematográficos, trabajados con una técnica de apariencia puntillista e interpretados con gran sobriedad.

 

 

Palma de Mallorca, 18 de marzo 1978

Tomeu Morey

La obra artística de Tomeu Morey pretende acercar al observador a la simbiosis de los rincones urbanos de la ciudad de Palma y a los actores-viandantes anónimos que invaden sus calles. Para ello, capta el instante de un paisaje arquitectónico escogido e integra a sus características figuras. El juego de ligeras pinceladas y el predominio de los azules caracterizan su obra dando un resultado de movimiento y luminosidad desde un planteamiento formal para conseguir una sensación de instantánea pictórica.

El pintor Tomeu Morey es, sin duda, una muestra expresiva de las últimas tendencias artísticas de la figuración y de la impronta de muchos creadores del siglo XX.

 

 

Pollença, (Mallorca) 1923 - 2019.

Mateu Llobera

Mateu Llobera empezó a pintar a la acuarela en 1949. Participó en la creación del Grupo de Acuarelistas de Baleares. Finalmente, se dedicó ya por completo al óleo, exponiendo periódicamente en el Círculo de Bellas Artes de Palma, así como en las salas más prestigiosas de Mallorca. También expuso en diferentes capitales españolas y en el extranjero.

Se trata de uno de los pintores más representativos de una escuela de pintura que se conoce como "Escuela Pollensina" en la zona nort-este de Mallorca. Lugar de residencia para muchos artistas post impresionistas catalanes venidos de la península con los que Mateu Llobera entabló una sincera amistad artística junto a Dionis Bennassar. Es el último artista en vida de una generación excepcional post impresionista del siglo XX.

En su pintura, muy personal tanto por su colorido como por su ambiente, confluyen las influencias de la anteriormente citada Escuela pollensina y la agresividad y gestualización formal de los expresionistas alemanes, en especial donde la figura se erige como protagonista. Así su obra resuelve en grandes manchas de color, dentro de lo que podríamos denominar un postimpresionismo que recoge los ya citados elementos expresionistas.

 

 

Establiments (Mallorca), 1936.

Gil

Guillermo Gil Pons, pintor nacido en Establiments. Realiza su primera exposición en 1965. Conoció a antiguos maestros de la pintura y no estuvo cerrado a sus influencias, lo que le permitió una mayor claridad tanto en la temática como en el estudio y avance de su técnica. En este sentido Gil se ha hecho dueño de su propio lenguaje y el bagaje artístico está presente en su obra. Su trabajar es constante y silencioso. El artista procura desligarse y desarrollar su talento a través de verdaderos valores estéticos. Así establece el diálogo entre él y la tela en blanco.

Exponente claro del postimpresionismo clásico, Guillermo Gil ha captado en sus telas el sol de Mallorca y su gama de colores, a través de sus incomparables matices del paisaje de Sóller, Valldemossa, Deià, Serra de Tramuntana,...  Sus obras muestran un perfecto dominio técnico. Predomina en ellas su gusto por las transparencias, que hace converger con una determinada bruma, que enriquecen la obra. Cada óleo y cada pincelada del artista tienen la capacidad de rememorarnos, o más bien trasladarnos a los recónditos e increíbles lugares de Mallorca, haciéndonos partícipes in situ, ante la obra, de la riqueza paisajística y cromática de la isla.

Son también dignos de destacar sus mercados de pueblo, tratados de una manera retrospectiva que nos acercan al pasado o sus bellos bodegones.

 

 

Torino, Italia, 1968.

Luca Monzani

Luca Monzani, es un artista Italiano, con una trayectoria de 25 años dentro del mundo de la pintura, amante también de la vela y las regatas. Desde hace 25 años está afincado en Mallorca.

La obra de este pintor se centra en la arquitectura más característica de Mallorca como son los molinos del Pla de Mallorca, los faros que lindan con el mar Mediterráneo y los patios del casco antiguo de Palma que manifiestan, de forma melancólica, el esplendor de los siglos XVI al XIX.

También son de destacar sus obras referentes al mundo del caballo, el toro y el rejoneo. Movimiento, belleza y lucha, todo ello unido a sus tonalidades cromáticas típicas de marrones y ocres. Jinete y animal en danza, todo ello armonizado por un estudio anatómico perfecto.

 

 

Barcelona, 1912 - Tossa de Mar, 1983.

Frederic Lloveras

Frederic Lloveras y Herrera fue un pintor, ilustrador y acuarelista catalán. Es considerado uno de los mejores representantes de la acuarela catalana de posguerra. Se le relaciona estilísticamente con el postimpresionismo.

Estudió en el Círculo Artístico de San Lluc y al Escuela de Bellas Artes de Sant Jordi. En sus inicios, practicó la pintura al óleo y durante la guerra civil se dedicó al dibujo, que gradualmente fue llenando de colores y creando sus primeras acuarelas. Realiza su primera exposición individual, en Barcelona en 1971.

Frederic Lloveras es capaz de captar como ninguno la belleza de las creaciones humanas.  Con él, el postimpresionismo catalán encuentra su más elevada representación, encarnándose en las certeras pinceladas con las que da forma a calles, personas y edificios hasta dotarlos de una expresividad que trasciende la mera captación de la luz para infundirles la emoción y la fugacidad de la vida. Luz, gesto y forma se conjugan a la perfección en sus obras, dotando a cada paisaje de alma propia gracias a la riqueza de los detalles los y matices cromáticos

Destaca también en Lloveras el ambiente lumínico. El pintor catalán se preocupa no solo por captar la luz, sino por desvelar los efectos y sensaciones que esta crea sobre las cosas y las personas que baña.

Fue amigo de Griera, Josep Cruañas, José Granyer y Emili Grau Sala, entre muchos otros pintores contemporáneos.

 

 

 

 

Obras