Gustavo

Cartagena, (Murcia), 1939.

Gustavo Peñalver Vico artista nacido en Cartagena. En 1946, su familia fija su residencia en Mallorca. Entre 1958 y 1962, se formó artísticamente en Palma y Barcelona. En 1963 hizo en Palma su primera exposición individual. Este mismo año, continuó con su formación en París. Desde 1964 a 1968 vivió y trabajó en Bruselas y expuso por primera vez en el extranjero, en Amberes.

Desde estas primeras etapas, el artista se decantó por un lenguaje poético que, con ligeros cambios, marcaría la trayectoria de su obra. Entonces ya plasmaba escenas costumbristas tratadas con una mezcla de ingenuidad e ironía. El color fue y sigue siendo un punto fuerte en su pintura. Unos contrastes muy marcados configuran los planos y dan forma a unos personajes siempre esquemáticos y vigorosos. En aquellos momentos, se dan también paisajes urbanos, fruto de su estancia en Bélgica. Las casas y calles son construidas mediante pinceladas cortas y con una gran riqueza cromática. Esta etapa tuvo continuidad en Mallorca, a la cual volvió en 1969, y donde pintó un gran número de pueblos de la isla. Mediante el tratamiento del óleo, los paisajes se dibujan, se hacen borrosos, y los colores se vuelven claros y luminosos.

Poco a poco abandonó el paisaje para dedicarse a la pintura de un mundo nutrido por la imaginación. En el siguiente paso, a principios de los años setenta, incide en la crítica social y política, aunque encontramos siempre un punto lúdico y optimista que, a partir de esos momentos, será una constante en su obra.

En 1976, empiezan sus relaciones internacionales, sobretodo con Alemania, país en el cual se establecerá durante muchos años. Van desapareciendo los personajes reales, las imágenes se multiplican, planteando situaciones imaginarias, en una especie de laberinto psicológico cercano a la psicodelia. En esta época introduce imágenes religiosas en su iconografía.

Progresivamente, lo que observa el artista y lo que imagina se unen en un universo poblado de extraños personajes en movimiento. Las formas se simplifican, se eliminan los detalles y se potencian las líneas esenciales que dan ritmo a la obra. Utilizando la técnica de tintas planas y los colores puros, la pintura se torna más nítida, más esquemática. En muchas ocasiones, los objetos, animales y personajes adoptan posturas similares, en una transmutación de su naturaleza. La ironía, el juego, e incluso, la farsa, todo dentro de un ambiente festivo y surrealista, caracterizan su última etapa.

Cultiva también, la escultura en bronce o madera pintada, como desarrollo de los personajes de su pintura. Además, tiene una producción abundante de obra gráfica, incidiendo especialmente en el grabado.

Desde 1995 GUSTAVO vive y trabaja en su estudio de Son Turó entre Capdepera y Cala Ratjada en Mallorca. Su arte es vida, alegría, entusiasmo y luz.

 

 

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